Sócrates tenía un sueño recurrente. Soñaba con ella. Ella era una muchacha de cabellos castaños y ojos almendrados. Sentía como si la conociera desde siempre. Al principio sólo la veía pasar, sin poder acercársele. Cuando despertaba de sus sueños se sentía genuinamente enamorado, pero se abatía pensando en que sólo era un invento de su imaginación. Pasó mucho tiempo antes de que pudiera acercarse y preguntarle su nombre. Se enteró que se llamaba Luciana. Pasaron años de soñar y soñar antes de que pudiera declararle su amor. Desde aquel día, sus sueños culminaban con un beso, él y ella sentados en la banca de un parque.
Habían transcurrido seis años y seguía soñando cada día con Luciana. Durante todo ese tiempo Sócrates había evitado comprometerse con ninguna muchacha. Conservaba la secreta esperanza de encontrar alguna vez a Luciana en la vida real. Pero los sueños sueños son...
Aquel día comprendió que estaba volviéndose loco. Debía dejar de aferrarse a una fantasia imposible. Decidió enamorarse de una mujer real y casarse con ella. Tendría que olvidarse de Luciana...
Y sin embargo, ese mismo día la vio. Todo cambió de pronto para Sócrates. Estaba sentada en la banca de un parque, en un lugar muy similar al de sus sueños. Se acercó lentamente, temblando, con el corazón galopando bajo su pecho. Ella sintió el peso de su mirada y se volvió hacia él. Al ver sus ojos, Sócrates supo que era Luciana. Ella parecía aterrada, presa de una súbita ansiedad. Entonces le gritó ¡Despierta! ... Sócrates no pudo comprender aquel mensaje, pero ella seguía gritándole ¡Despierta! ¡Despierta!...
Sócrates entendió y abrió los ojos. Atrás habían quedado seis años viviendo en estado de coma, en un espacio onírico cercano a la muerte. Había vuelto al fin a la vida. Luciana, su esposa, lo abrazó fuertemente sobre la cama de hospital en donde había permanecido tanto tiempo.
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3 comentarios:
litio, litio,.. que mas se puede pedir..
despierta ya...
Me recuerda a un episodio de Futurama.
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