martes, 16 de enero de 2007

Peligros

Ir de la casa al trabajo es un peligro cotidiano. He decidido dejar el auto y caminar a la oficina a diario para mejorar el estado físico, pero es peligroso: asaltantes de todo tipo, estafadores, locos sueltos, autos que viajan a la velocidad de la luz, dosis diarias de monóxido, turbas y pandillas buscando culpables anónimos. Llegar a la oficina supone un alivio; menos mal que por la noche salen los drogadictos y las prostitutas, y el trayecto de vuelta es más entretenido.

1 comentario:

Aldo dijo...

cada dia en la oficina se hace un reto... y el regreso un alivio..