martes, 30 de enero de 2007

Luna efímera

Estaba caminando por una calle humeda y de pronto, al despejarse parcialmente el cielo, surgió la luna. Con su pequeño fulgor esférico se puso a caminar conmigo. Sentí como una especie de encrespamiento interior, una marea que lentamente subiera a mi cabeza, luego mi sangre se sincronizó con el reloj de la noche, mi pecho latía mas acompasado y me invadió un profundo y embriagador vacío. Parecía como si ya no hubiese nadie, solos ella y yo en la red de callejuelas y avenidas, y me senti extrañamente feliz. La luna deslizandose en un viaje constante a mi lado, yo ajeno al mundo, ella arriba, abajo y en medio a la vez, estaba como dentro de un sueño de seda, habian dejado de importar los charcos que ensuciaban mis zapatos, y los autos que surgian inflamados y apurados se iban. La luna parecia presa, concentrada en un punto, senti como si se fuera a desplomar sobre mi y por un momento el camino parecio infinito, luego me detuve, estaba girando en un trance íntimo, la luna era un inmenso punto de intenso fuego frío, había entrado plenamente en su órbita de luz, la luna era una amante inmovil y orgasmeante, y es allí que un tipo me ha golpeado, yo lo he mordido, y al huir se me ha perdido la luna... aquella amante efímera.

viernes, 26 de enero de 2007

Sueño de una hematólatra

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Laura se encontraba en la planta baja de su casa, presa de una creciente ansiedad. Bajó un tramo de escaleras y penetró en una mazmorra secreta, de aspecto lóbrego. Atada a una viga y amordazada encontró a Marilú, su empleada doméstica. En las rígidas facciones de Laura se dibujó una sonrisa, casi una mueca.


Empezó a desnudarla, y al mismo tiempo a excitarse. Se desnudó ella tambien, mientras lanzaba lenguetazos en los pezones de la temblorosa muchacha, también en el pubis, en las nalgas. Parecía haber descubierto una nueva fuente de delicias sensuales. Desnudas ambas, condujo a Marilú hacia una jaula y la metió en ella a empujones. Se trataba de una jaula sumamente estrecha, con varias hileras de filosas púas.


Se inició entonces el tormento para la prisionera; las púas se clavaban sin misericordia en su piel. Marilú chillaba y se retorcía, y con cada uno de sus movimientos era cada vez mas lacerada. La sangré empezó a rodar... Laura accionó un extraño mecanismo que hizo elevar la jaula por los aires, tal vez unos dos metros. Luego se ubicó exactamente debajo de ella, y se dio un autentico baño de sangre. Gimiendo de placer, Laura impregnaba con aquel líquido rojo su envejecida piel, bebiendo a ratos la sangre de Marilú, convencida de que podía devolverle la juventud perdida... hasta que escuchó un alarido. Era Christian, su marido, que la observaba con horror desde un rincón.

Allí acabó el sueño de Laura Bozzo, la hematólatra. Se despertó sobresaltada, miró hacia un costado. Estaba tendida en su cama, y a su lado, Christian dormía plácidamente.

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Nota 1: la foto es sólo una aproximación a la protagonista de este relato.

Nota 2: Hematolatría = amor desmedido por lo sangriento.

martes, 23 de enero de 2007

La cyberviciosa

Se convirtió en una fanática de internet. Pasaba todo su tiempo libre frente al computador, navegando. Pronto, esa viciosa insistencia se fue reflejando de algún modo: si te fijabas bien en su mirada, podías ver el logo de google dibujado en sus pupilas; sus pezones se habían convertido en iconos animados que, al pulsarlos, daban acceso directo a su corazón; y de la palma de su mano derecha había surgido un apéndice similar a un ratón con bolilla de goma, que solía roer la barra espaciadora al menor descuido.

De eso se trata

(Nunca he sabido de qué se trata. Las siguientes palabras son solo restos arrugados de un papel tirado a una cesta.)

De eso se trata. Treparse a nubes de inconciencia. Divagar hasta volverse transparente, impenetrable. De eso se trata. Masticar el sabroso chicle de la reflexión. Desincronizar tu reloj. Disolver las cadenas y las anclas. De eso se trata. Desaprender lo aprendido en la escuela. Apagar al robot que dieron cuerda en la universidad. Vomitar la mierda que te han pasado por debajo de la puerta. Espupir la bilis ajena . De eso se trata. Apagar la tele. Encender el circuito abierto en tus arterias. Volver al niño. Que se duerma el corazón. De eso se trata. Caminar sin pensar. Ir hacia sensatas locuras. Descubrir crepúsculos, madrugadas, mundos perdidos. Saberse digno de la luna. De eso se trata. Conservar a un amigo. Conservar el recuerdo que ha sellado una muerte. De eso se trata. Soplar las heridas de amor y batallas perdidas. Que se ponga roja la costra y negro el muñon. De eso se trata. Lavantarle la falda a la vida y clavársela hasta el fondo. ¡¡Existen formas de desvirgarla!!.

viernes, 19 de enero de 2007

De micro-cuentos y otros micros

De tanto viajar en micros por la capital peruana he terminado haciendo un blog con micro-cuentos, micro-relatos y micro-historias. Pero si quieren leer minicuentos o minificciones realmente buenos, escritos por los maestros del género, visiten este articulo del blog Idioteca :

http://blog.almadark.com/2004/11/15/ultracorto/

(Genial “La carta”, de Luis Mateo Diez )

El vidente


- Amigo mío, debo confesarte algo... siempre he mentido. He mentido, a mucha gente y por mucho tiempo. Todo comenzó como una forma de ganarme la vida. Siempre fui un apasionado de la futurología y pensé que podia vivir de mi vocación. Me agencié de una bola de cristal de segunda mano y me hice vidente. Cada vez que un cliente me consultaba yo fingía leer el futuro en la esfera, pero no veía nada, todo corría por cuenta de mi imaginación. Todo lo que vez aquí, la decoración barroca, mis túnicas orientales, hasta mi barbita, todo es parte de la farsa. Tu ya lo suponías y era cierto. Siempre mentí, hasta hace unos minutos, cuando he visto desfilar el futuro ante mi bola de cristal. Realmente. ¡Por primera vez he visto el futuro!
- ¿Y qué viste?
- Vi mi muerte. Mi propia muerte, en un futuro muy cercano, y me temo que... No alcanzó a decir más. Cayó en un desvanecimiento ya definitivo.

martes, 16 de enero de 2007

Un sueño recurrente

Sócrates tenía un sueño recurrente. Soñaba con ella. Ella era una muchacha de cabellos castaños y ojos almendrados. Sentía como si la conociera desde siempre. Al principio sólo la veía pasar, sin poder acercársele. Cuando despertaba de sus sueños se sentía genuinamente enamorado, pero se abatía pensando en que sólo era un invento de su imaginación. Pasó mucho tiempo antes de que pudiera acercarse y preguntarle su nombre. Se enteró que se llamaba Luciana. Pasaron años de soñar y soñar antes de que pudiera declararle su amor. Desde aquel día, sus sueños culminaban con un beso, él y ella sentados en la banca de un parque.

Habían transcurrido seis años y seguía soñando cada día con Luciana. Durante todo ese tiempo Sócrates había evitado comprometerse con ninguna muchacha. Conservaba la secreta esperanza de encontrar alguna vez a Luciana en la vida real. Pero los sueños sueños son...

Aquel día comprendió que estaba volviéndose loco. Debía dejar de aferrarse a una fantasia imposible. Decidió enamorarse de una mujer real y casarse con ella. Tendría que olvidarse de Luciana...

Y sin embargo, ese mismo día la vio. Todo cambió de pronto para Sócrates. Estaba sentada en la banca de un parque, en un lugar muy similar al de sus sueños. Se acercó lentamente, temblando, con el corazón galopando bajo su pecho. Ella sintió el peso de su mirada y se volvió hacia él. Al ver sus ojos, Sócrates supo que era Luciana. Ella parecía aterrada, presa de una súbita ansiedad. Entonces le gritó ¡Despierta! ... Sócrates no pudo comprender aquel mensaje, pero ella seguía gritándole ¡Despierta! ¡Despierta!...

Sócrates entendió y abrió los ojos. Atrás habían quedado seis años viviendo en estado de coma, en un espacio onírico cercano a la muerte. Había vuelto al fin a la vida. Luciana, su esposa, lo abrazó fuertemente sobre la cama de hospital en donde había permanecido tanto tiempo.

Peligros

Ir de la casa al trabajo es un peligro cotidiano. He decidido dejar el auto y caminar a la oficina a diario para mejorar el estado físico, pero es peligroso: asaltantes de todo tipo, estafadores, locos sueltos, autos que viajan a la velocidad de la luz, dosis diarias de monóxido, turbas y pandillas buscando culpables anónimos. Llegar a la oficina supone un alivio; menos mal que por la noche salen los drogadictos y las prostitutas, y el trayecto de vuelta es más entretenido.

viernes, 12 de enero de 2007

Dios, el virus y el hombre


El anciano de barba blanca estaba agotado; en los últimos días se había dedicado a crear el universo, con sus millones de planetas y estrellas. Se ocupó él mismo de cada detalle, viajando a través de las galaxias, dotando de vida a ciertos planetas que juzgó los elegidos. Era, sin embargo, un creador nato y le restaba aún algo de inspiración. Decidió entonces iluminar con vida a a un último planeta, uno pequeño de la Vía Láctea.

Abrió su ordenador portátil; esta vez sería un computador quien haría el trabajo por él, para eso lo había inventado. Tecleó las instrucciones correspondientes: eligío mares, ríos, tierra firme, montañas, bosques, desiertos, nevados, volcanes, selvas, numerosas especies vejetales y animales -pensó que esta sería su más brillante creación-. Por último creó al hombre y lo dotó de inteligencia. El ordenador se encargó de ejecutar fielmente cada instrucción.
Justo en el momento final, un minúsculo código ejecutable se activó. El viejito estaba tan cansado que no lo notó. Un conjunto de instrucciones fue copiado sigilosamente en el ADN del ser humano, justo antes de sellarse. La orden oculta debería cumplirse tarde o temprano: AUTODESTRUCCION.

El procedimiento culminó con éxito. El viejito cerró su laptop y se dispuso a descansar, ahora sí satisfecho.

Verdades

* Estaba pensando en las pocas verdades que aun me quedan en la vida. La frase " nada es verdad ni es mentira..." siempre me pareció una generalización exagerada, pero deben ser pocas las verdades realmente irrefutables, sólo un puñado las certezas confiables de este mundo.
* El tiempo casi siempre funciona como un aniquilador de verdades. Todas aquellas cosas en las que creían ciegamente los antiguos habitantes de este planeta, hoy han sido pulverizadas.
* Un hombre suficientemente sabio es capaz de cuestionarse a si mismo y al mundo; ante este tipo de análisis las supuestas "verdades" se ponen en cuestión, se desconfía de ellas, y finalmente se vienen abajo. Este tipo de hombre termina solo teniendo grandes interrogantes en su cabeza.
* Una verdad de la que sigo convencido es de la muerte: algun dia me voy a morir. Sin embargo, con el adelanto cientifico del ser humano se podria especular que algun lejano día podremos ser eternos, en tal caso la muerte dejaría de ser una verdad indiscutible. Pensandolo bien, la muerte tambien pasa a ser un tema dudoso.
* La unica verdad indiscutible es que este inutil post ya llegó a su final, tengo que ir al baño.

martes, 9 de enero de 2007

La niña marroquí


En medio de aquel anochecer había salido luna llena, una luna caliente capaz de convertir en lobo a un hombre. Pero Sócrates, sumido en un profundo aletargamiento, apenas si la notó.

Hacía días que venía andando por el desierto en los lomos de un dromedario indolente. Se encontraba perdido, sin mapas ni agua para beber, completamente extraviado en la inmensidad arenosa. Sólo el aleteo del instinto lo impulsaba hacia adelante, hacia cualquier parte.

El camello avanzaba cada vez más lento. Sócrates pensó en aligerar de carga al animal, tirando las cosas inútiles, por ejemplo su radio portatil que ya no era capaz de sintonizar nada. La encendió, sólo para probar, y escuchó con sorpresa el cantar de una niña, una muchacha de voz dulce que cantaba en una lengua extraña. Su voz era un susurro, casi un gemido impúdico. Se trataba sin duda de otra jugarreta de su imaginacion afiebrada.

Apagó la radio y se fijó en el panorama ominoso. Su vista se detuvo bajo un gran monticulo de arena, en una improbable laguna circular. Una niña se bañaba en ella. ¡Que hermosa era! Sócrates pudo ver, a traves de la penumbra, su cuerpo humedo y brilloso: las suaves turgencias del pecho, el pubis levemente inflamado y adolescente, el agua cayendo y dibujando las nalgas. Una súbita ereccion golpeó una giba del camello.

Si eso era un espejismo, era el mas realista que hubiera observado. Sócrates se apeó del camello; ella cantaba con la misma voz que acababa de escuchar en la radio. Se acercó lentamente, temblando, y la niña lo vio; entonces lo atrajo hacia sí con la mirada, y él la besó...
Era imposible contenerse, aquella ninfa tenía los labios tibios y frescos como un manantial, y su lengua era acogedora y apasionada. Sócrates buscó ávidamente su cuello, sus senos. Los pezones de la niña estaban impregnados de una sustancia que a Sócrates le pareció miel, deliciosamente dulce. El deseo lo desbordaba, seguiría explorando el exquisito cuerpo de la muchacha , se sumergiría con ella en la laguna y harían el amor, pero nada de eso ocurrió. Cayo fulminado por un repentino sueño y cuando despertó ya era de día, estaba desnudo y con una grave insolacion, la laguna se habia evaporado, y la niña, montada en el camello, se encontraba muy lejos de él.

Alfredo Gonzales, con perdón de los gordos




Tiene una gran cantidad de adversarios y demasiados enemigos gratuitos. Tántos insultos le han proferido, tántas infamias le han inventado. Una de ella afirma que a Alfredo no lo parieron, sino lo defecaron. Imaginarme aquello me resultó penoso. Imaginarme a su pobresilla progenitora deyectando semejante mojón... debió ser más doloroso que parir un cerdo hidrocefálico.

No. A Alfredo lo parieron. En medio de un eclipse de sol, pero lo parieron.

El otro día lo ví, apoltronado en su butaca del Monumental, agitando los sobacos. Del partido me olvidé muy pronto, pero la imagen del gordo, ese sudor viscoso impregnando sus sobacos, su lomo y sus tetas... esa imagen me costó varias pesadillas.

Nota: puse una foto pequeña para no agredir el diseño de este blog.

viernes, 5 de enero de 2007

Estúpido hombre blanco


Este es un texto que ya tiene algunos años, pero mantiene una total vigencia (Bush sigue sin leer libro alguno).

ESTUPIDO HOMBRE BLANCOExtractos del libro "Estupidos hombres blancos" por MichaelMoore

BUSH, ERES UN INCULTO
[...]

George, ¿eres capaz de leer y escribir como un adulto? A mí y a muchos otros nos parece que el tuyo es, tristemente, un caso de analfabetismo funcional.No es nada de lo que debas avergonzarte, pues estás bien acompañado (no hay más que contar las erratas de este libro).

Millones de americanos tienen un nivel de alfabetización de cuarto de primaria. No es de extrañar que dijeses aquello de "que ningún niño se quede atrás"; ya sabías de qué iba. Pero déjame preguntarte esto: si te cuesta entender los complejos informes que recibes en calidad de líder del mundo cuasilibre, ¿cómo podemos llegar a confiarte nuestros secretos militares?

Todos los indicios de analfabetismo son evidentes, y nadie te ha desautorizado por ello. Nos ofreciste la primera prueba cuando se te preguntó por tu libro de la infancia preferido. La oruga hambrienta, respondiste. Desgraciadamente, ese libro no se publicó hasta un año después de que te licenciaras.[...]

Durante la campaña, cuando te pidieron que nombraras los libros que estabas leyendo en aquel momento, respondiste valerosamente, pero ante las preguntas sobre sus contenidos no supiste qué decir.No me sorprende que tus asesores te prohibieran participar en nuevas ruedas de prensa a dos meses del final de campaña. Tenían miedo de las preguntas..., pero les acojonaban tus respuestas.

Una cosa está clara: tu sintaxis es abstrusa hasta el punto de hacer incomprensible el discurso. Al principio, el modo en que mutilabas palabras y frases resultaba simpático, casi encantador.Sin embargo, ha cobrado tintes alarmantes con el tiempo. Así, un buen día, en una entrevista te cargaste décadas de política exterior americana en Taiwan al decir que estábamos dispuestos a hacer «lo que fuera» para defender la isla y sugerir incluso que quizá mandaríamos unas tropas. Por Dios,George, el mundo enteró se puso en alerta roja.[...]

Tus asistentes han declarado que no lees sus informes y que les pides que lo hagan por ti. Como primera dama, tu madre colaboróactivamente con los programas de alfabetización.
¿Cabe pensar que conocía bien la dificultad de educar a un niño que no sabía leer?

No lo tomes como algo personal. Quizá se trate de una discapacidad.No hay que avergonzarse por ello. Además, yo también creo que un disléxico puede ser presidente de Estados Unidos. Albert Einstein era disléxico, y también lo es el humorista de la CBS Jay Leno (caray, Leno y Einstein en una misma oración: ¿ves cómo el lenguaje puede resultar divertido?).[...]

==> Informalisimo.com, para leer las ganzadas que Bush y otros gringos suelen cometer...

martes, 2 de enero de 2007

Olores de fémina


Cierta vez le preguntaron a Jim Morrison -el genio poeta loco de los sesentas- cómo hacia para desplegar tal cantidad de energía en sus conciertos. Parece que la heroína no era la única explicación. Así respondió el buen Jim: "Antes de salir al escenario me tumbo en una cama con una mujer desnuda, pero no jodo con ella, sólo le olfateo el cuerpo. Luego salgo a cantar como un elefante excitado". (¿o fue Jagger quien lo dijo? ). No importa. los hechos son los hechos.

Los que saben de mujeres conocen del poder erotico de sus efluvios naturales. La nariz del amante experimentado buscará afanosamente las sienes, el cuello, las muñecas, las articulaciones de las rodillas y los lóbulos de las orejas, antes de llegar a las zonas erógenas propiamente dichas. La sutil sudoración de la piel de la hembra volverá loco al macho de turno, funcionando incluso como musa inspiradora de literatos y poetas. Ya lo decía Shakespeare: "cuando mi amada se desnuda, hasta la brisa se impregna de amor".

Moscas y hormigas de mi vida


Moscas llegan a mi vida. No son las moscas estándar, estas son pequeñitas, moscas enanas diría yo. Moscas bastante estúpidas, moscas con cerebro de polillas. Invaden mi escritorio, atacan mi viejo monitor, a pesar de su creciente opacidad. Mato a cuatro, cinco, pero vienen más, seis, siete... Me reclino en la silla para ver el techo. Veo hileras de hormigas, hormiguitas yendo y viniendo, incansables. Siempre he simpatizado con las hormigas, pero supongo que tendré que fumigarlas.
Hace seis años que no limpio mi habitación. Debe ser por eso que han llegado estos seres. Pero, si es así, ¿Porqué se tardaron cinco años y once meses en llegar? ¿En qué lugares menos acogedores habrán vivido desde entonces? ¿No saben acaso que el tiempo perdido no vuelve jamás? No importa, al fin que yo odio a los insectos. Limpiaré la habitación, la fumigaré y acabaré con todo (aunque sólo de pensarlo se me honguea la piel). Pero antes recordare unos versos de la brillante poeta Magali Medina:

"...Cuando el corazón palpita en el lecho del poeta, el tiempo transita por las venas de la vida, y se pierde en un reproche de besos perdidos, en un sueño de abrazos al vacío..."

Formas de decir adiós



Allí estaba yo, esperando a Luciana en la esquina convenida. Nos esperaba otra estúpida película en la oscura sala de un cine solitario. Pero no me preocupaba la película, me preocupaba decir adiós.

Se me acercó una combi enamorada, haciéndose oir en grandes decibelios: "... coincidencia total de concavo y convexo, así es nuestro amor en el sexo...". Al grito de "Todo Grau, todo Grau..." se alejó.

Cómo decir adiós. Las frases típicas las conocía ya: "Ya no te amo" (la más sincera); "Probemos a ser solo amigos (la más utópica)"; "Eres una bellísima persona, pero estoy pasando por una etapa de confusión, que tal si por un tiempo..." (la más hipócrita). En mi mente atribulada flotaban los siguientes versos:

"... La noche es buena
Para decir adiós. La luz estorba
Y la palabra humana. El universo
Habla mejor que el hombre..."

(Pertenecen, si no me equivoco, a la sensibilidad del poeta peruano Micky Rospigliosi).

Decir adiós. Había una forma más artera y calculadora de decir adiós sin decirlo, trabajada de manera progresiva: cada vez menos encuentros, cada vez menos caricias, cada vez mayor indiferencia, hasta que el final caiga por su propio peso. Funcionaría sin duda. La última solución que se me ocurrió era la mas vil y cobarde; consistía simplemente en "Hacerme Humo", sin más, y jamás volver a verla. Las soluciones más cobardes me seducen siempre, aunque rara vez sucumbo a ellas.

Pasaron los minutos, 10, 20, media hora, y yo en mis cavilaciones, y Luciana que no llegaba. Qué raro, siempre tan puntual... hasta que caí en lo evidente: ¡la cobarde había sido ella, me había dejado, haciéndose humo!.

O quizás no. Tal vez se le rompió un taco, tal vez se metió en un atasco de tránsito. De todas formas, apuré el paso y me fuí. Jamás volví a verla, jamás ella me volvió a ver. Poco tiempo después comprendí que nuestros cobardes adioses habían coincidido; habíamos huido uno del otro al mismo tiempo. ¡Que afortunada coincidencia! Nos ahorramos así gran parte del dolor de la ruptura.

Moraleja: la cobardía no siempre es mala consejera.

The Innocence Mission

Estaba navegando-vagando por mi foro favorito de Streamload, llamado Ezalbumz (Streamload es la mejor manera que conozco para bajar música de la red, sin pagar por supuesto), viendo si descargaba alguna cancioncita para escuchar; estaba en la lista de bandas que empiezan con la "I" y me topé con The Innocence Mission, con un disco que se titula Small Planes. Bueno, pues me parecía haberlos esscuchado alguna vez, tal vez en Doble 9, o alguna web de por allí. el asunto es que me bajé el disco y la verdad di en el blanco.

The Innocence Mission es un remanso de dulzura, un cúmulo de caricias auditivas en medio de un mundo que se ha llenado de música estridente (y mediocre). Folk rock que me hace recordar a mis amados The Sundays.

Ultimamente me inclino por este tipo de música ensoñadora, antes que por la adrenalina del hard rock. Aquí un videoclip de ellos en Youtube:

http://www.youtube.com/v/u_OAgOAuS0g