martes, 13 de mayo de 2008

Photoshop

Estaba cansado de ver aquella fotografía en la pantalla del ordenador, cada vez que iniciaba una sesión de trabajo. La belleza de su ex amante le aguijoneaba de recuerdos. Así que cargó la imagen en el Photoshop y se dispuso a acabar con ella. Eliminó fácilmente los labios con el borrador; desfiguró a pincelazos las rosadas mejillas; hizo un zoom sobre los ojos y, aplicando el aerosol, cubrió de gris las pupilas.
Al ver el resultado supo que no hay nada tan fragil y efimero como un rostro bonito. No pudo evitar una carcajada al concluir el trabajo. Pero se olvidó de guardar los cambios y al día siguiente estaba allí otra vez, radiante sobre la pantalla.

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