Vuela hacia ese punto lejano
aquél lugar que siempre está al otro lado
en sus párpados abrevan recuerdos
y en sus manos está escrito el destierro.
Desenfocado, duerme a ratos
hasta que su sol abre la aurora, y lo besa
y corre hacia la luz que está en sus ojos
hacia colores que pinta el improbable futuro
en sus latidos ágonicos
se hunde
no hay otra forma de encontrarse
que huir, siempre, que llegar al olvido
todas sus cenizas tienen vida
su carrera aun tiene sentido
lo sé, mi lágrima es la suya
porque comparto ese futuro imposible
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