martes, 26 de diciembre de 2006

¿Adónde se fue tanto coco comido...?




Aqui estoy, instalado frente a la nueva consola de videojuegos -prestadita nomás- disparando torpemente a cualquier parte, en un escenario demasiado complejo de entender, tan feo como real.

Son los nuevos juegos. Pero yo me pregunto: ¿Adónde se fue el Phoenix? ¿Adónde fueron a parar tantas naves monócromas destrozadas por mi diestra puntería? ¿Y qué fue del Pacman? ¿En qué se convirtieron tantos cocos comidos y nunca defecados? ¿Y Mario Bros, con su andar optimista por caminos peligrosos y pixelados? Parece que ya no volverán.

Claro, existen los emuladores, pero jugando los viejos juegos en un emulador, sentí que mis viejos amigos eran solo impostores, o peor aun, meros espectros que se empecinaran en jugar bajo nuevos colores, con velocidades y reglas que ya no eran capaces de entender. Porque su tiempo ya pasó, así de fácil. Por eso eliminé para siempre aquel emulador de mi computador (y porque ademas habia metido un virus que jodía mas de lo esperado).

No, ya no volverán; los gigabitios, los dobles núcleos y el odioso Bill Gates los han vencido para siempre.

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