martes, 14 de abril de 2009

Martes

El martes llegó cuando ya estaba despierto
fue una gota anónima y turbia de lluvia
que abrió a mis ojos la ventana mágica
del engaño
la vida cede a tu presencia
un taxi renuncia a mi cordura
se proyectan largas tus sombras
y te beso
no toco tus alas
siento la sal de la distancia en mis labios
soy un duende en tu memoria
me arrastra tu paso sideral
hacia pasajes etéreos
por un segundo más irrealidad
el martes en una cúspide de barro
y me quedo desincronizado en tus brazos.

1 comentario:

Duna dijo...

Perder la noción del tiempo en esos brazos; perder la cordura en esa persona, es un placer, como lo son siempre tus versos.
Un beso amigo.