viernes, 17 de abril de 2009

Obsolescencia planificada


-¿Recuerdas esa leyenda urbana acerca de un inventor que vivía en un garaje y descubrió una forma de hacer la goma tan resistente que nunca se gastaba? Fue por casualidad. Estaba intentando inventar otra cosa y le salió esa goma.

-Se lo vendió a una empresa de neumáticos para que el mundo tuviera neumáticos que no se gastaban nunca.

-Sí, eso es. Ésa es la historia. El nombre de la empresa cambia según quién te la cuente. Pero la historia es siempre la misma. La empresa de neumáticos compró la fórmula y la guardó en una caja fuerte.

-Nunca hicieron esos neumáticos.

-Nunca hicieron esos neumáticos, porque si los hubieran hecho, no habrían seguido produciendo tantos neumáticos, ¿no? Obsolescencia planificada, Einstein. Es lo que hace funcionar al mundo. Deja que te pregunte al-go. ¿Cómo sabes que es una leyenda urbana? ¿Cómo sabes que no ocurrió de verdad?

Fragmento de la novela
"Llamada perdida" de Michael Connelly





Obsolescencia planificada. Siempre he desconfiado de los fabricantes y sus industrias. Los objetos deben durar poco, deben estropearse, deben pasar de moda y caducar pronto. Lo efímero obliga al consumo y el negocio continúa. A la industria farmaceútica, por ejemplo, no le convienen las curas definitivas. Es mejor que la gente se enferme, se cure y se enferme de nuevo... y se siga enfermando. Hay que crear y mantener necesidades que estimulen el gasto. Todo invento es potencialmente peligroso.

No hay comentarios: