martes, 24 de febrero de 2009

Lolita en una banca

La llevó a un lugar apartado y solitario y se sentaron en una banca que alguna vez había sido verde. Al pie un árbol cansado y estéril. Le pidió que apagara su ipod. Para él era importante escuchar el canto silvestre de los pájaros. Nada más unplugged, decía.
Ese hombre le hablaba cosas importantes, sabía expresar todo con filosofía.
- Lolita, ese nombre me trae recuerdos... - le dijo. Luego supo que se llamaba Humberto.
Lolita sintió que la iba a besar, pero Humberto se levantó de pronto y se fue sobresaltado. Dijo que lo esperara, que volvería pronto. Estuvo varias horas hasta que las estrellas llenaron la noche, invisibles tras el manto de smog. el sitio era peligroso para una puber.
Volvió al día siguiente, se sentó en la misma banca a esperar y escuchó otra vez a los pájaros, pero ni noticias del viejo.

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