viernes, 30 de mayo de 2008

Microcuentos en seis palabras

<< Sigo esperando la llegada del idiota >>. Así se llama el blog que me hizo descubrir que se pueden contar cosas en seis palabras. Y aquí están mis primeros esfuerzos por incursionar en este ¿estilo? literario:



El murciélago parece grave: vomita sangre

***

Viajó en un ángel hasta despertar

***

Decidió no mentir. No vendió nada

***

Suspendieron intercambio interplanetario al ver telenovelas

***

Cada mañana se desvela mi nocturnidad

***

Naufragué lejos de mi cordón umbilical

***

¡Eres un impostor! gritó mi reflejo

***

Messi regateaba hasta tropezar en Maradona

***

Bush bailando reggaeton: la pesadilla improbable

***

Noé, nuestra desgracia fue subir topos.

Invasores

Inventaron la forma de marcar tres mil millones de números de celulares al mismo tiempo, luego pusieron la grabación de una voz sensual diciendo palabras procaces, y entonces invadieron facilmente la Tierra.

El hombre que vendió el mundo

"The man who sold the world". Descubrí esta canción en la voz perturbada de Kurt Cobain, pero luego me gustó más la versión original de Bowie, con sus texturas nostálgicas.




- Letra original -

We passed upon the stair, we spoke of was and when
Although I wasn't there, he said I was his friend
Which came as some surprise I spoke into his eyes
I thought you died alone, a long long time ago

Oh no, not me
I never lost control
You're face to face
With The Man Who Sold The World

I laughed and shook his hand, and made my way back home
I searched for form and land, for years and years I roamed
I gazed a gazley stare at all the millions here
We must have died along, a long long time ago

Who knows? not me
We never lost control
You're face to face
With the Man who Sold the World


- Letra Traducida -

Pasábamos por la escalera,
hablábamos de que y cuando
Aunque yo no estaba ahí,
él dijo que yo era su amigo
Que vino como alguna sorpresa, yo hablé en sus ojos
Yo pensé que tu moriste solo, hace mucho, mucho tiempo

Oh no, yo no
Nunca perdí el control
Estás cara a cara
Con el hombre que vendió al mundo

Yo reí y agitó su mano, e hice mi vuelta a casa
Busqué formulario y tierra, por años y años yo vagué
Yo miré fijamente a los millones aquí
Deberíamos haber muerto, hace mucho, mucho tiempo

¿Quién sabe? Yo no
Nunca perdí el control
Estás cara a cara
Con el hombre que vendió al mundo

martes, 27 de mayo de 2008

El despertar de Sócrates



Sócrates era un hombre práctico. Nunca le había ocurrido que, estando dormido y soñando, se diera cuenta que estaba soñando. Se sintió ridículo y quiso despertar. Abrió los ojos y se levantó de la cama. Era hora de ir a trabajar.

Se dirigió al edificio donde trabajaba diariamente. Llegó a la puerta de entrada, pero un vigilante le impidió pasar.

- Usted no puede pasar, señor. Usted está dormido y no puede laborar en esas condiciones.

Sócrates giró sobre sí mismo y volvió a sentirse avergonzado. Quiso despertar, pero esta vez le costó un mayor esfuerzo. Le dolía profundamente la cabeza y sentía náuseas.

Al fin abrió los ojos y se incorporó sobre la cama. Ahora sí había despertado. Vio el reloj; llegaría tarde al trabajo. Fue corriendo al edificio donde trabajaba, pero el mismo vigilante de la vez anterior le cerró el paso.

- Usted no puede entrar, señor.

- ¿Acaso estoy dormido?

- No. Está usted despierto, pero aquí sólo trabajan las personas dormidas.

Sócrates recordó en ese instante unos versos:

"Mis sueños son balas traicioneras
animales acechantes y silenciosos
de un tambor que gira y estalla
dando al blanco de un niño cualquiera"

(los había leído en un poemario de Laura Huarcayo)

Luego se fue en silencio.

Viaje al futuro

Fabricó una máquina capaz de viajar al futuro. Se trepó en ella y viajó cien años hacia adelante. Al llegar, encontró al planeta en escombros; además la máquina ya estaba oxidada, por lo que no pudo volver.

Las telenovelas y los niños estúpidos

"Las telenovelas en el fondo son las mismas historias. No pueden traer muchas innovaciones porque las personas que las ven son como niños. Si cambias un poco la historia de su cuento favorito, el niño se queja. Uno puede variar el elenco, las locaciones, los actores, pero en el fondo es el mismo relato".
Regina Duarte, actriz de telenovelas

Y si les dan más telenovelas, estos niños serán cada vez más estupidos.

viernes, 23 de mayo de 2008

El hombre que huía



Nació en el seno de una típica familia blanca de los suburbios de Alabama. Pasó su niñez huyendo de un padre represor, que lo castigaba a latigazos y pretendía ahorcarlo al menor descuido. Felizmente, un día su padre fue descubierto en plena tortura y cayó en prisión, y una familia caritativa lo adoptó.
Pronto se graduó con honores y se convirtió en un destacado profesional. De noche se dedicaba a matar y destripar jovencitas rubias. Durante el día medraba en su profesion, gracias a su innegable talento e "instinto asesino" para las finanzas.
Saltó a la política como un republicano exitoso y se hizo amigo del presidente. Conocer en profundidad la mente criminal y perversa de Bush lo obligó a huir y llegó al Perú. Allí utilizó su fortuna para edificar una comunidad autosostenible en un barrio marginal. Por las noches degollaba mendigos en las zonas pobres.
Vivía feliz hasta que irrumpió un nuevo estilo musical -el reggaeton- como una moda incontenible. Huyó despavorido de aquella música infernal del tercer mundo y aterrizó en el Tibet donde vive actualmente. Se ha redimido y lleva una vida casta y ejemplar, predicando la palabra a los jovenes inconversos. Por las noches lidera una banda de rock clásico de tendencias neomarxistas. Tiene escaso suceso, pero ha encontrado la paz. "Like a rolling stone".

Libros que leí

Breves comentarios sobre libros que he leido hace mucho o poco tiempo.

- SEDA (Alessandro Baricco) Esta es una obra romántica, pero no lacrimógena ni trágica. Está teñida, me parece, de una sensibilidad oriental, muy distinta a la nuestra. Sus personajes son algo extraños, silenciosos, tal vez distantes, casi sin sexo, como que están viviendo en un sueño. En suma, muy interesante por las sutiles sensaciones que provoca.

- YO MATO (Giorgio Faletti) Si quieren soplarse a un heroe mártir yanqui salvando a los ricos y famosos del mundo de un asesino en serie, con demostraciones ridículas de valentia y cogiéndose a la chica más linda, este es su libro. Pero sí le pediría al autor que no utilice 700 páginas, cuando facilmente pudieron ser 200.

- EL ALIENISTA (Caleb Carr) Me encantan las novelas policiacas, básicamente por el proceso que debe seguir el detective para descubrir al asesino. En este libro no hay detective, pero el proceso existe, y es apasionante. Es que ese señor alienista sabe mucho de locura y perversión. Se trata, entonces, de buscar las pistas en la propia mente retorcida del criminal.

- EL JUEGO DE LAS VENTANAS (Izzy Abrahami) Un matrimonio aburrido de la vida descubre un juego para divertirse a lo grande: se trata de observar - binoculares mediante- lo que ocurre tras las ventanas del gran edificio de enfrente, y adjudicar puntos de acuerdo a lo observado. Voyeurismo y exhibicionismo hacen el resto, de la mano de la imaginacion del autor. Eso si, el libro es apto para todas las edades y mentalidades.

- EL FIN DE LA ETERNIDAD (Isaac Asimov) Una buena obra de Ciencia Ficción debe ser capaz de asombrarnos con la inmensidad del espacio y del tiempo, y en general con las cosas infinitas y misteriosas. No me gustan mucho las peleítas con espadas laser, será porque leí este libro de chico y me quedé alucinando con los viajes en el tiempo y las paradojas temporales.(Nunca mates a tu abuelo si todavía no has nacido.)

- LUNA CALIENTE (Mempo Giardinelli) Qué ocurre cuando un hombre no puede reprimir sus instintos sexuales y violentos en los momentos precisos; sin duda pueden sobrevenir desastres. Me sorprendió saber que una mente criminal puede ser tan lógica y reflexiva, y que a todos nos podría pasar, solo es cuestió de vivir las circunstancias apropiadas.

Frases del espejo



Las cosas son imposibles o inevitables

martes, 20 de mayo de 2008

El Ejecutor



Había disparado, desde su nave de Ejecutor, dos veces con su láser contra el planeta Tierra, fallando en ambas premeditadamente. Es que necesitaba unos minutos para tomar unas instantáneas en 3d y llevárselas como recuerdo. Le gustaba aquel planeta multicolor, especialmente los animales que caminaban en dos pies y se desplazaban en pequeños vehículos a través de laberintos de cemento y hormigón. Parecian incansables, organizados y pacíficos, pero las ordenes superiores no podían discutirse. Pulsó el botón que disparaba el láser por tercera vez, dando ahora sí perfectamente en el blanco.

"Un mundo feliz" y nuestro mundo feliz

(A continuacion un fragmento de la novela "Las Particulas Elementales" de Michel Houellebecq, donde se alude a la obra de Aldous Huxley, "Un mundo feliz". Tal vez sea una felicidad posible, despues de todo... ¡¡unas pastillitas de soma, por favor!!)


" Bruno llegó a eso de las nueve; había bebido un poco y tenía ganas de abordar temas teóricos.
—Siempre me ha sorprendido —empezó sin sentarse siquiera— la extraordinaria precisión de las predicciones que hizo Huxley en Un mundo feliz. Es alucinante pensar que ese libro fue escrito en 1932. Desde entonces, la sociedad occidental no ha hecho otra cosa que acercarse a ese modelo. Un control cada vez más exacto de la procreación, que cualquier día acabará estando completamente disociada del sexo, mientras que la reproducción de la especie humana tendrá lugar en un laboratorio, en condiciones de seguridad y fiabilidad genética totales. Por lo tanto, desaparecerán las relaciones familiares, las nociones de paternidad y de filiación. Gracias a los avances farmacéuticos, se eliminarán las diferencias entre las distintas edades de la vida. En el mundo que describió Huxley, los hombres de sesenta años tienen el mismo aspecto físico, los mismos deseos, y llevan a cabo las mismas actividades que los hombres de veinte años. Después, cuando ya no es posible luchar contra el envejecimiento, uno desaparece gracias a una eutanasia libremente consentida; con mucha discreción, muy deprisa, sin dramas. La sociedad que describe Brave New World es una sociedad feliz, de la que han desaparecido la tragedia y los sentimientos violentos. Hay total libertad sexual, no hay ningún obstáculo para la alegría y el placer. Quedan algunos breves momentos de depresión, de tristeza y de duda; pero se pueden tratar fácilmente con ayuda de fármacos; la química de los antidepresivos y de los ansiolíticos ha hecho considerables progresos. «Un centímetro cúbico cura diez sentimientos.» Es exactamente el mundo al que aspiramos actualmente, el mundo en el cual desearíamos vivir.
»Sé muy bien —continuó Bruno haciendo un gesto con la mano como para barrer una objeción que Michel no había hecho— que el universo de Huxley se suele describir como una pesadilla totalitaria, que se intenta hacer pasar ese libro por una denuncia virulenta; pura y simple hipocresía. En todos los aspectos, control genético, libertad sexual, lucha contra el envejecimiento, cultura del ocio, Brave New World es para nosotros un paraíso, es exactamente el mundo que estamos intentando alcanzar, hasta ahora sin éxito. Actualmente sólo hay una cosa que choca un poco con nuestro sistema de valores igualitario, o más bien meritocrático, y es la división de la sociedad en castas, dedicadas a tareas diferentes siguiendo su naturaleza genética. Pero ése es precisamente el único punto sobre el que Huxley fue un mal profeta; justamente el único punto que ha llegado a ser más o menos inútil, con el desarrollo de la robotización y del maquinismo. No cabe duda de que Aldous Huxley era muy mal escritor, de que sus frases son pesadas y no tienen gracia, de que sus personajes son insípidos y mecánicos. Pero tuvo una intuición fundamental: que la evolución de las sociedades humanas estaba desde hacía muchos siglos, y lo estaría cada vez más, en manos de la evolución científica y tecnológica, exclusivamente. Puede que le faltara sutileza, psicología, estilo; todo eso pesa poco al lado de la exactitud de su intuición primera. Y fue el primer escritor, incluidos los escritores de ciencia ficción, en entender que el papel principal, después de la física, lo iba a desempeñar la biología.»
Bruno se interrumpió, y entonces se dio cuenta de que su hermano había adelgazado un poco; parecía cansado, preocupado, hasta distraído. De hecho, hacía unos días que no le apetecía hacer la compra. Al contrario que en años anteriores, quedaban muchos mendigos y vendedores de periódicos delante del Monoprix; sin embargo estaban en pleno verano, una estación en la que la pobreza es menos opresiva. ¿Qué iba a ser cuando estallara una guerra?, se preguntaba Michel, mirando desde la ventana los movimientos lentos de los mendigos. ¿Cuándo estallaría una guerra, y qué pasaría en septiembre? Bruno se sirvió otro vaso de vino; empezaba a tener hambre, y se sorprendió un poco cuando su hermano le contestó, con voz cansada:
—Huxley pertenecía a una gran familia de biólogos ingleses. Su abuelo era amigo de Darwin, escribió mucho para defender las tesis evolucionistas. Su padre y su hermano Julián también eran reputados biólogos. Es una tradición inglesa: intelectuales pragmáticos, liberales y escépticos; muy diferente del Siglo de las Luces en Francia, basado mucho más en la observación, en el método experimental. Durante toda su juventud, Huxley tuvo la oportunidad de ver a los economistas, juristas y sobre todo científicos que su padre invitaba a la casa. Entre los escritores de su generación, era sin duda el único capaz de presentir los avances que iba a hacer la biología. Pero todo habría ido mucho más deprisa sin el nazismo. La ideología nazi contribuyó en gran medida a desacreditar las ideas de eugenismo y perfeccionamiento de la raza; hicieron falta años para recuperarlas. —Michel se levantó, sacó de la librería un volumen titulado Lo que me atrevo a pensar—. Lo escribió Julián Huxley, el hermano mayor de Aldous, y apareció en 1931, un año antes que Un mundo feliz. En él están esbozadas todas las ideas sobre el control genético y el perfeccionamiento de las especies, incluida la humana, que su hermano desarrolla en la novela. Todo está presentado sin ambigüedad, como una meta deseable hacia la que deberíamos tender.
Michel volvió a sentarse y se secó la frente. —Después de la guerra —continuó—, en 1946, Julián Huxley fue nombrado director general de la UNESCO, que acababa de crearse. Ese mismo año su hermano publicó Regreso a un mundo feliz, donde intenta presentar su primer libro como una denuncia, una sátira. Unos años más tarde, Aldous Huxley se convirtió en el principal aval teórico del movimiento hippie. Siempre había sido partidario de la completa libertad sexual, y había desempeñado un papel pionero en la utilización de drogas psicodélicas. Todos los fundadores de Esalen lo conocían, y estaban influidos por sus ideas. Después, la New Age recogió todos los temas fundadores de Esalen. En realidad, Aldous Huxley es uno de los pensadores más influyentes del siglo.

Fueron a cenar al restaurante de la esquina, que ofrecía una fondue china para dos personas por 270 francos. Michel llevaba tres días sin salir. «Hoy no he comido», dijo con cierta sorpresa; seguía teniendo el libro en la mano.
—Huxley publicó La isla en 1962; fue su último libro —continuó mientras removía el arroz viscoso—. Sitúa la acción en una isla paradisíaca; probablemente la vegetación y los paisajes se inspiran en Sri Lanka. En esa isla se ha desarrollado una civilización original, apartada de las grandes rutas comerciales del siglo XX, muy avanzada a nivel tecnológico y a la vez respetuosa con la naturaleza; pacífica, completamente liberada de las neurosis familiares y las inhibiciones judeocristianas. La desnudez es algo natural; el amor y la voluptuosidad se practican con toda libertad. Es un libro mediocre pero fácil de leer; tuvo una gran influencia sobre los hippies y, a través de éstos, sobre los adeptos a la New Age. Si te fijas un poco, la armoniosa comunidad descrita en La isla tiene muchos puntos en común con la de Un mundo feliz. De hecho no parece que el propio Huxley, que probablemente ya estaba gaga, se diera cuenta de la semejanza, pero la sociedad descrita en La isla está tan cerca de Un mundo feliz como la sociedad hippie libertaria de la sociedad liberal burguesa, o más bien de su variante socialdemócrata sueca.
Se interrumpió, mojó una gamba en la salsa picante, soltó otra vez los palillos.
—Aldous Huxley era un optimista, como su hermano... —dijo con una especie de disgusto—. La mutación metafísica que originó el materialismo y la ciencia moderna tuvo dos grandes consecuencias: el racionalismo y el individualismo. El error de Huxley fue evaluar mal la relación de fuerzas entre ambas consecuencias. Más concretamente, su error fue subestimar el aumento del individualismo producido por la conciencia creciente de la muerte. Del individualismo surgen la libertad, el sentimiento del yo, la necesidad de distinguirse y superar a los demás. En una sociedad racional como la que describe Un mundo feliz, la lucha puede atenuarse. La competencia económica, metáfora del dominio del espacio, no tiene razón de ser en una sociedad rica, que controla los flujos económicos. La competencia sexual, metáfora del dominio del tiempo mediante la procreación, no tiene razón de ser en una sociedad en la que el sexo y la procreación están perfectamente separados; pero Huxley olvida tener en cuenta el individualismo. No supo comprender que el sexo, una vez disociado de la procreación, subsiste no ya como principio de placer, sino como principio de diferenciación narcisista; lo mismo ocurre con el deseo de riquezas. ¿Por qué el modelo socialdemócrata sueco no ha logrado nunca sustituir al modelo liberal? ¿Por qué nunca se ha aplicado al ámbito de la satisfacción sexual? Porque la mutación metafísica operada por la ciencia moderna conlleva la individuación, la vanidad, el odio y el deseo. En sí, el deseo, al contrario que el placer, es fuente de sufrimiento, odio e infelicidad. Esto lo sabían y enseñaban todos los filósofos: no sólo los budistas o los cristianos, sino todos los filósofos dignos de tal nombre. La solución de los utopistas, de Platón a Huxley pasando por Fourier, consiste en extinguir el deseo y el sufrimiento que provoca preconizando su inmediata satisfacción. En el extremo opuesto, la sociedad erótico–publicitaria en la que vivimos se empeña en organizar el deseo, en aumentar el deseo en proporciones inauditas, mientras mantiene la satisfacción en el ámbito de lo privado. Para que la sociedad funcione, para que continúe la competencia, el deseo tiene que crecer, extenderse y devorar la vida de los hombres. Michel se secó la frente, agotado; no había tocado su plato.
—Hay factores de corrección, pequeños factores humanistas... —dijo Bruno con suavidad—. En fin, cosas que permiten olvidar la muerte. En Un mundo feliz son ansiolíticos y antidepresivos; en La isla se trata más bien de meditación, drogas psicodélicas y algunos vagos elementos de espiritualidad hindú. En la práctica, la gente de hoy en día intenta mezclar un poco las dos cosas.
—Julián Huxley también aborda las cuestiones religiosas en Lo que me atrevo a pensar; les dedica toda la segunda mitad del libro —replicó Michel con creciente disgusto—. Es perfectamente consciente de que el progreso de la ciencia y del materialismo ha minado las bases de todas las religiones tradicionales; también es consciente de que ninguna sociedad puede sobrevivir sin religión. Durante más de cien páginas intenta fundar las bases de una religión compatible con el estado de las ciencias. No se puede decir que el resultado sea muy convincente; tampoco puede decirse que la evolución de nuestras sociedades haya ido tanto en ese sentido. En realidad, ya que la evidencia de la muerte material acaba con cualquier esperanza de fusión, es imposible que la vanidad y la crueldad dejen de extenderse. La única compensación —concluyó de forma extraña— es que lo mismo ocurre con el amor".

martes, 13 de mayo de 2008

Photoshop

Estaba cansado de ver aquella fotografía en la pantalla del ordenador, cada vez que iniciaba una sesión de trabajo. La belleza de su ex amante le aguijoneaba de recuerdos. Así que cargó la imagen en el Photoshop y se dispuso a acabar con ella. Eliminó fácilmente los labios con el borrador; desfiguró a pincelazos las rosadas mejillas; hizo un zoom sobre los ojos y, aplicando el aerosol, cubrió de gris las pupilas.
Al ver el resultado supo que no hay nada tan fragil y efimero como un rostro bonito. No pudo evitar una carcajada al concluir el trabajo. Pero se olvidó de guardar los cambios y al día siguiente estaba allí otra vez, radiante sobre la pantalla.

... andaba de parranda

Como ven, no estaba muerto. Gracias a los lectores (son pocos pero son) de este ultimo año y medio en que me olvide del blog.

martes, 30 de enero de 2007

Luna efímera

Estaba caminando por una calle humeda y de pronto, al despejarse parcialmente el cielo, surgió la luna. Con su pequeño fulgor esférico se puso a caminar conmigo. Sentí como una especie de encrespamiento interior, una marea que lentamente subiera a mi cabeza, luego mi sangre se sincronizó con el reloj de la noche, mi pecho latía mas acompasado y me invadió un profundo y embriagador vacío. Parecía como si ya no hubiese nadie, solos ella y yo en la red de callejuelas y avenidas, y me senti extrañamente feliz. La luna deslizandose en un viaje constante a mi lado, yo ajeno al mundo, ella arriba, abajo y en medio a la vez, estaba como dentro de un sueño de seda, habian dejado de importar los charcos que ensuciaban mis zapatos, y los autos que surgian inflamados y apurados se iban. La luna parecia presa, concentrada en un punto, senti como si se fuera a desplomar sobre mi y por un momento el camino parecio infinito, luego me detuve, estaba girando en un trance íntimo, la luna era un inmenso punto de intenso fuego frío, había entrado plenamente en su órbita de luz, la luna era una amante inmovil y orgasmeante, y es allí que un tipo me ha golpeado, yo lo he mordido, y al huir se me ha perdido la luna... aquella amante efímera.

viernes, 26 de enero de 2007

Sueño de una hematólatra

le

Laura se encontraba en la planta baja de su casa, presa de una creciente ansiedad. Bajó un tramo de escaleras y penetró en una mazmorra secreta, de aspecto lóbrego. Atada a una viga y amordazada encontró a Marilú, su empleada doméstica. En las rígidas facciones de Laura se dibujó una sonrisa, casi una mueca.


Empezó a desnudarla, y al mismo tiempo a excitarse. Se desnudó ella tambien, mientras lanzaba lenguetazos en los pezones de la temblorosa muchacha, también en el pubis, en las nalgas. Parecía haber descubierto una nueva fuente de delicias sensuales. Desnudas ambas, condujo a Marilú hacia una jaula y la metió en ella a empujones. Se trataba de una jaula sumamente estrecha, con varias hileras de filosas púas.


Se inició entonces el tormento para la prisionera; las púas se clavaban sin misericordia en su piel. Marilú chillaba y se retorcía, y con cada uno de sus movimientos era cada vez mas lacerada. La sangré empezó a rodar... Laura accionó un extraño mecanismo que hizo elevar la jaula por los aires, tal vez unos dos metros. Luego se ubicó exactamente debajo de ella, y se dio un autentico baño de sangre. Gimiendo de placer, Laura impregnaba con aquel líquido rojo su envejecida piel, bebiendo a ratos la sangre de Marilú, convencida de que podía devolverle la juventud perdida... hasta que escuchó un alarido. Era Christian, su marido, que la observaba con horror desde un rincón.

Allí acabó el sueño de Laura Bozzo, la hematólatra. Se despertó sobresaltada, miró hacia un costado. Estaba tendida en su cama, y a su lado, Christian dormía plácidamente.

--------
Nota 1: la foto es sólo una aproximación a la protagonista de este relato.

Nota 2: Hematolatría = amor desmedido por lo sangriento.

martes, 23 de enero de 2007

La cyberviciosa

Se convirtió en una fanática de internet. Pasaba todo su tiempo libre frente al computador, navegando. Pronto, esa viciosa insistencia se fue reflejando de algún modo: si te fijabas bien en su mirada, podías ver el logo de google dibujado en sus pupilas; sus pezones se habían convertido en iconos animados que, al pulsarlos, daban acceso directo a su corazón; y de la palma de su mano derecha había surgido un apéndice similar a un ratón con bolilla de goma, que solía roer la barra espaciadora al menor descuido.

De eso se trata

(Nunca he sabido de qué se trata. Las siguientes palabras son solo restos arrugados de un papel tirado a una cesta.)

De eso se trata. Treparse a nubes de inconciencia. Divagar hasta volverse transparente, impenetrable. De eso se trata. Masticar el sabroso chicle de la reflexión. Desincronizar tu reloj. Disolver las cadenas y las anclas. De eso se trata. Desaprender lo aprendido en la escuela. Apagar al robot que dieron cuerda en la universidad. Vomitar la mierda que te han pasado por debajo de la puerta. Espupir la bilis ajena . De eso se trata. Apagar la tele. Encender el circuito abierto en tus arterias. Volver al niño. Que se duerma el corazón. De eso se trata. Caminar sin pensar. Ir hacia sensatas locuras. Descubrir crepúsculos, madrugadas, mundos perdidos. Saberse digno de la luna. De eso se trata. Conservar a un amigo. Conservar el recuerdo que ha sellado una muerte. De eso se trata. Soplar las heridas de amor y batallas perdidas. Que se ponga roja la costra y negro el muñon. De eso se trata. Lavantarle la falda a la vida y clavársela hasta el fondo. ¡¡Existen formas de desvirgarla!!.

viernes, 19 de enero de 2007

De micro-cuentos y otros micros

De tanto viajar en micros por la capital peruana he terminado haciendo un blog con micro-cuentos, micro-relatos y micro-historias. Pero si quieren leer minicuentos o minificciones realmente buenos, escritos por los maestros del género, visiten este articulo del blog Idioteca :

http://blog.almadark.com/2004/11/15/ultracorto/

(Genial “La carta”, de Luis Mateo Diez )

El vidente


- Amigo mío, debo confesarte algo... siempre he mentido. He mentido, a mucha gente y por mucho tiempo. Todo comenzó como una forma de ganarme la vida. Siempre fui un apasionado de la futurología y pensé que podia vivir de mi vocación. Me agencié de una bola de cristal de segunda mano y me hice vidente. Cada vez que un cliente me consultaba yo fingía leer el futuro en la esfera, pero no veía nada, todo corría por cuenta de mi imaginación. Todo lo que vez aquí, la decoración barroca, mis túnicas orientales, hasta mi barbita, todo es parte de la farsa. Tu ya lo suponías y era cierto. Siempre mentí, hasta hace unos minutos, cuando he visto desfilar el futuro ante mi bola de cristal. Realmente. ¡Por primera vez he visto el futuro!
- ¿Y qué viste?
- Vi mi muerte. Mi propia muerte, en un futuro muy cercano, y me temo que... No alcanzó a decir más. Cayó en un desvanecimiento ya definitivo.

martes, 16 de enero de 2007

Un sueño recurrente

Sócrates tenía un sueño recurrente. Soñaba con ella. Ella era una muchacha de cabellos castaños y ojos almendrados. Sentía como si la conociera desde siempre. Al principio sólo la veía pasar, sin poder acercársele. Cuando despertaba de sus sueños se sentía genuinamente enamorado, pero se abatía pensando en que sólo era un invento de su imaginación. Pasó mucho tiempo antes de que pudiera acercarse y preguntarle su nombre. Se enteró que se llamaba Luciana. Pasaron años de soñar y soñar antes de que pudiera declararle su amor. Desde aquel día, sus sueños culminaban con un beso, él y ella sentados en la banca de un parque.

Habían transcurrido seis años y seguía soñando cada día con Luciana. Durante todo ese tiempo Sócrates había evitado comprometerse con ninguna muchacha. Conservaba la secreta esperanza de encontrar alguna vez a Luciana en la vida real. Pero los sueños sueños son...

Aquel día comprendió que estaba volviéndose loco. Debía dejar de aferrarse a una fantasia imposible. Decidió enamorarse de una mujer real y casarse con ella. Tendría que olvidarse de Luciana...

Y sin embargo, ese mismo día la vio. Todo cambió de pronto para Sócrates. Estaba sentada en la banca de un parque, en un lugar muy similar al de sus sueños. Se acercó lentamente, temblando, con el corazón galopando bajo su pecho. Ella sintió el peso de su mirada y se volvió hacia él. Al ver sus ojos, Sócrates supo que era Luciana. Ella parecía aterrada, presa de una súbita ansiedad. Entonces le gritó ¡Despierta! ... Sócrates no pudo comprender aquel mensaje, pero ella seguía gritándole ¡Despierta! ¡Despierta!...

Sócrates entendió y abrió los ojos. Atrás habían quedado seis años viviendo en estado de coma, en un espacio onírico cercano a la muerte. Había vuelto al fin a la vida. Luciana, su esposa, lo abrazó fuertemente sobre la cama de hospital en donde había permanecido tanto tiempo.

Peligros

Ir de la casa al trabajo es un peligro cotidiano. He decidido dejar el auto y caminar a la oficina a diario para mejorar el estado físico, pero es peligroso: asaltantes de todo tipo, estafadores, locos sueltos, autos que viajan a la velocidad de la luz, dosis diarias de monóxido, turbas y pandillas buscando culpables anónimos. Llegar a la oficina supone un alivio; menos mal que por la noche salen los drogadictos y las prostitutas, y el trayecto de vuelta es más entretenido.

viernes, 12 de enero de 2007

Dios, el virus y el hombre


El anciano de barba blanca estaba agotado; en los últimos días se había dedicado a crear el universo, con sus millones de planetas y estrellas. Se ocupó él mismo de cada detalle, viajando a través de las galaxias, dotando de vida a ciertos planetas que juzgó los elegidos. Era, sin embargo, un creador nato y le restaba aún algo de inspiración. Decidió entonces iluminar con vida a a un último planeta, uno pequeño de la Vía Láctea.

Abrió su ordenador portátil; esta vez sería un computador quien haría el trabajo por él, para eso lo había inventado. Tecleó las instrucciones correspondientes: eligío mares, ríos, tierra firme, montañas, bosques, desiertos, nevados, volcanes, selvas, numerosas especies vejetales y animales -pensó que esta sería su más brillante creación-. Por último creó al hombre y lo dotó de inteligencia. El ordenador se encargó de ejecutar fielmente cada instrucción.
Justo en el momento final, un minúsculo código ejecutable se activó. El viejito estaba tan cansado que no lo notó. Un conjunto de instrucciones fue copiado sigilosamente en el ADN del ser humano, justo antes de sellarse. La orden oculta debería cumplirse tarde o temprano: AUTODESTRUCCION.

El procedimiento culminó con éxito. El viejito cerró su laptop y se dispuso a descansar, ahora sí satisfecho.

Verdades

* Estaba pensando en las pocas verdades que aun me quedan en la vida. La frase " nada es verdad ni es mentira..." siempre me pareció una generalización exagerada, pero deben ser pocas las verdades realmente irrefutables, sólo un puñado las certezas confiables de este mundo.
* El tiempo casi siempre funciona como un aniquilador de verdades. Todas aquellas cosas en las que creían ciegamente los antiguos habitantes de este planeta, hoy han sido pulverizadas.
* Un hombre suficientemente sabio es capaz de cuestionarse a si mismo y al mundo; ante este tipo de análisis las supuestas "verdades" se ponen en cuestión, se desconfía de ellas, y finalmente se vienen abajo. Este tipo de hombre termina solo teniendo grandes interrogantes en su cabeza.
* Una verdad de la que sigo convencido es de la muerte: algun dia me voy a morir. Sin embargo, con el adelanto cientifico del ser humano se podria especular que algun lejano día podremos ser eternos, en tal caso la muerte dejaría de ser una verdad indiscutible. Pensandolo bien, la muerte tambien pasa a ser un tema dudoso.
* La unica verdad indiscutible es que este inutil post ya llegó a su final, tengo que ir al baño.

martes, 9 de enero de 2007

La niña marroquí


En medio de aquel anochecer había salido luna llena, una luna caliente capaz de convertir en lobo a un hombre. Pero Sócrates, sumido en un profundo aletargamiento, apenas si la notó.

Hacía días que venía andando por el desierto en los lomos de un dromedario indolente. Se encontraba perdido, sin mapas ni agua para beber, completamente extraviado en la inmensidad arenosa. Sólo el aleteo del instinto lo impulsaba hacia adelante, hacia cualquier parte.

El camello avanzaba cada vez más lento. Sócrates pensó en aligerar de carga al animal, tirando las cosas inútiles, por ejemplo su radio portatil que ya no era capaz de sintonizar nada. La encendió, sólo para probar, y escuchó con sorpresa el cantar de una niña, una muchacha de voz dulce que cantaba en una lengua extraña. Su voz era un susurro, casi un gemido impúdico. Se trataba sin duda de otra jugarreta de su imaginacion afiebrada.

Apagó la radio y se fijó en el panorama ominoso. Su vista se detuvo bajo un gran monticulo de arena, en una improbable laguna circular. Una niña se bañaba en ella. ¡Que hermosa era! Sócrates pudo ver, a traves de la penumbra, su cuerpo humedo y brilloso: las suaves turgencias del pecho, el pubis levemente inflamado y adolescente, el agua cayendo y dibujando las nalgas. Una súbita ereccion golpeó una giba del camello.

Si eso era un espejismo, era el mas realista que hubiera observado. Sócrates se apeó del camello; ella cantaba con la misma voz que acababa de escuchar en la radio. Se acercó lentamente, temblando, y la niña lo vio; entonces lo atrajo hacia sí con la mirada, y él la besó...
Era imposible contenerse, aquella ninfa tenía los labios tibios y frescos como un manantial, y su lengua era acogedora y apasionada. Sócrates buscó ávidamente su cuello, sus senos. Los pezones de la niña estaban impregnados de una sustancia que a Sócrates le pareció miel, deliciosamente dulce. El deseo lo desbordaba, seguiría explorando el exquisito cuerpo de la muchacha , se sumergiría con ella en la laguna y harían el amor, pero nada de eso ocurrió. Cayo fulminado por un repentino sueño y cuando despertó ya era de día, estaba desnudo y con una grave insolacion, la laguna se habia evaporado, y la niña, montada en el camello, se encontraba muy lejos de él.

Alfredo Gonzales, con perdón de los gordos




Tiene una gran cantidad de adversarios y demasiados enemigos gratuitos. Tántos insultos le han proferido, tántas infamias le han inventado. Una de ella afirma que a Alfredo no lo parieron, sino lo defecaron. Imaginarme aquello me resultó penoso. Imaginarme a su pobresilla progenitora deyectando semejante mojón... debió ser más doloroso que parir un cerdo hidrocefálico.

No. A Alfredo lo parieron. En medio de un eclipse de sol, pero lo parieron.

El otro día lo ví, apoltronado en su butaca del Monumental, agitando los sobacos. Del partido me olvidé muy pronto, pero la imagen del gordo, ese sudor viscoso impregnando sus sobacos, su lomo y sus tetas... esa imagen me costó varias pesadillas.

Nota: puse una foto pequeña para no agredir el diseño de este blog.

viernes, 5 de enero de 2007

Estúpido hombre blanco


Este es un texto que ya tiene algunos años, pero mantiene una total vigencia (Bush sigue sin leer libro alguno).

ESTUPIDO HOMBRE BLANCOExtractos del libro "Estupidos hombres blancos" por MichaelMoore

BUSH, ERES UN INCULTO
[...]

George, ¿eres capaz de leer y escribir como un adulto? A mí y a muchos otros nos parece que el tuyo es, tristemente, un caso de analfabetismo funcional.No es nada de lo que debas avergonzarte, pues estás bien acompañado (no hay más que contar las erratas de este libro).

Millones de americanos tienen un nivel de alfabetización de cuarto de primaria. No es de extrañar que dijeses aquello de "que ningún niño se quede atrás"; ya sabías de qué iba. Pero déjame preguntarte esto: si te cuesta entender los complejos informes que recibes en calidad de líder del mundo cuasilibre, ¿cómo podemos llegar a confiarte nuestros secretos militares?

Todos los indicios de analfabetismo son evidentes, y nadie te ha desautorizado por ello. Nos ofreciste la primera prueba cuando se te preguntó por tu libro de la infancia preferido. La oruga hambrienta, respondiste. Desgraciadamente, ese libro no se publicó hasta un año después de que te licenciaras.[...]

Durante la campaña, cuando te pidieron que nombraras los libros que estabas leyendo en aquel momento, respondiste valerosamente, pero ante las preguntas sobre sus contenidos no supiste qué decir.No me sorprende que tus asesores te prohibieran participar en nuevas ruedas de prensa a dos meses del final de campaña. Tenían miedo de las preguntas..., pero les acojonaban tus respuestas.

Una cosa está clara: tu sintaxis es abstrusa hasta el punto de hacer incomprensible el discurso. Al principio, el modo en que mutilabas palabras y frases resultaba simpático, casi encantador.Sin embargo, ha cobrado tintes alarmantes con el tiempo. Así, un buen día, en una entrevista te cargaste décadas de política exterior americana en Taiwan al decir que estábamos dispuestos a hacer «lo que fuera» para defender la isla y sugerir incluso que quizá mandaríamos unas tropas. Por Dios,George, el mundo enteró se puso en alerta roja.[...]

Tus asistentes han declarado que no lees sus informes y que les pides que lo hagan por ti. Como primera dama, tu madre colaboróactivamente con los programas de alfabetización.
¿Cabe pensar que conocía bien la dificultad de educar a un niño que no sabía leer?

No lo tomes como algo personal. Quizá se trate de una discapacidad.No hay que avergonzarse por ello. Además, yo también creo que un disléxico puede ser presidente de Estados Unidos. Albert Einstein era disléxico, y también lo es el humorista de la CBS Jay Leno (caray, Leno y Einstein en una misma oración: ¿ves cómo el lenguaje puede resultar divertido?).[...]

==> Informalisimo.com, para leer las ganzadas que Bush y otros gringos suelen cometer...

martes, 2 de enero de 2007

Olores de fémina


Cierta vez le preguntaron a Jim Morrison -el genio poeta loco de los sesentas- cómo hacia para desplegar tal cantidad de energía en sus conciertos. Parece que la heroína no era la única explicación. Así respondió el buen Jim: "Antes de salir al escenario me tumbo en una cama con una mujer desnuda, pero no jodo con ella, sólo le olfateo el cuerpo. Luego salgo a cantar como un elefante excitado". (¿o fue Jagger quien lo dijo? ). No importa. los hechos son los hechos.

Los que saben de mujeres conocen del poder erotico de sus efluvios naturales. La nariz del amante experimentado buscará afanosamente las sienes, el cuello, las muñecas, las articulaciones de las rodillas y los lóbulos de las orejas, antes de llegar a las zonas erógenas propiamente dichas. La sutil sudoración de la piel de la hembra volverá loco al macho de turno, funcionando incluso como musa inspiradora de literatos y poetas. Ya lo decía Shakespeare: "cuando mi amada se desnuda, hasta la brisa se impregna de amor".

Moscas y hormigas de mi vida


Moscas llegan a mi vida. No son las moscas estándar, estas son pequeñitas, moscas enanas diría yo. Moscas bastante estúpidas, moscas con cerebro de polillas. Invaden mi escritorio, atacan mi viejo monitor, a pesar de su creciente opacidad. Mato a cuatro, cinco, pero vienen más, seis, siete... Me reclino en la silla para ver el techo. Veo hileras de hormigas, hormiguitas yendo y viniendo, incansables. Siempre he simpatizado con las hormigas, pero supongo que tendré que fumigarlas.
Hace seis años que no limpio mi habitación. Debe ser por eso que han llegado estos seres. Pero, si es así, ¿Porqué se tardaron cinco años y once meses en llegar? ¿En qué lugares menos acogedores habrán vivido desde entonces? ¿No saben acaso que el tiempo perdido no vuelve jamás? No importa, al fin que yo odio a los insectos. Limpiaré la habitación, la fumigaré y acabaré con todo (aunque sólo de pensarlo se me honguea la piel). Pero antes recordare unos versos de la brillante poeta Magali Medina:

"...Cuando el corazón palpita en el lecho del poeta, el tiempo transita por las venas de la vida, y se pierde en un reproche de besos perdidos, en un sueño de abrazos al vacío..."

Formas de decir adiós



Allí estaba yo, esperando a Luciana en la esquina convenida. Nos esperaba otra estúpida película en la oscura sala de un cine solitario. Pero no me preocupaba la película, me preocupaba decir adiós.

Se me acercó una combi enamorada, haciéndose oir en grandes decibelios: "... coincidencia total de concavo y convexo, así es nuestro amor en el sexo...". Al grito de "Todo Grau, todo Grau..." se alejó.

Cómo decir adiós. Las frases típicas las conocía ya: "Ya no te amo" (la más sincera); "Probemos a ser solo amigos (la más utópica)"; "Eres una bellísima persona, pero estoy pasando por una etapa de confusión, que tal si por un tiempo..." (la más hipócrita). En mi mente atribulada flotaban los siguientes versos:

"... La noche es buena
Para decir adiós. La luz estorba
Y la palabra humana. El universo
Habla mejor que el hombre..."

(Pertenecen, si no me equivoco, a la sensibilidad del poeta peruano Micky Rospigliosi).

Decir adiós. Había una forma más artera y calculadora de decir adiós sin decirlo, trabajada de manera progresiva: cada vez menos encuentros, cada vez menos caricias, cada vez mayor indiferencia, hasta que el final caiga por su propio peso. Funcionaría sin duda. La última solución que se me ocurrió era la mas vil y cobarde; consistía simplemente en "Hacerme Humo", sin más, y jamás volver a verla. Las soluciones más cobardes me seducen siempre, aunque rara vez sucumbo a ellas.

Pasaron los minutos, 10, 20, media hora, y yo en mis cavilaciones, y Luciana que no llegaba. Qué raro, siempre tan puntual... hasta que caí en lo evidente: ¡la cobarde había sido ella, me había dejado, haciéndose humo!.

O quizás no. Tal vez se le rompió un taco, tal vez se metió en un atasco de tránsito. De todas formas, apuré el paso y me fuí. Jamás volví a verla, jamás ella me volvió a ver. Poco tiempo después comprendí que nuestros cobardes adioses habían coincidido; habíamos huido uno del otro al mismo tiempo. ¡Que afortunada coincidencia! Nos ahorramos así gran parte del dolor de la ruptura.

Moraleja: la cobardía no siempre es mala consejera.

The Innocence Mission

Estaba navegando-vagando por mi foro favorito de Streamload, llamado Ezalbumz (Streamload es la mejor manera que conozco para bajar música de la red, sin pagar por supuesto), viendo si descargaba alguna cancioncita para escuchar; estaba en la lista de bandas que empiezan con la "I" y me topé con The Innocence Mission, con un disco que se titula Small Planes. Bueno, pues me parecía haberlos esscuchado alguna vez, tal vez en Doble 9, o alguna web de por allí. el asunto es que me bajé el disco y la verdad di en el blanco.

The Innocence Mission es un remanso de dulzura, un cúmulo de caricias auditivas en medio de un mundo que se ha llenado de música estridente (y mediocre). Folk rock que me hace recordar a mis amados The Sundays.

Ultimamente me inclino por este tipo de música ensoñadora, antes que por la adrenalina del hard rock. Aquí un videoclip de ellos en Youtube:

http://www.youtube.com/v/u_OAgOAuS0g