martes, 17 de febrero de 2009

Sirena ebria

Tus dedos recorren la senda que se pierde de vista en un declive de tu ombligo.

Tus labios vueltos un aleteo. Pez hembra devorando la piedra mayor de su abismo.

Deja que caiga en tu sueño de sirena ebria. Deja que tus manos y las mías converjan en un mismo deseo.

1 comentario:

NIL dijo...

Demasiada vorágine fecunda amores sirenos.

Precioso poema.

Carpe diem.